El Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia, es obra anónima del siglo XVI. Resulta evidente que una representación cristífera de esa época no posea las calidades morfológicas y anatómicas de otras esculturas, pero estamos ante una imagen de enorme devoción y muy representativa de la piedad popular. Hasta 1936 procesionó en diferentes años en un grupo escultórico rodeado de sayones que preparaban el agujero de la Cruz.
Por el fuego de la Parroquia de Todos los Santos en el año 1936 sus enseres procesionales se perdieron por lo que la advocación entró en un largo ostracismo hasta el año 1973 que volvió a salir en Semana Santa sobre un paso realizado al efecto por el tallista Guzmán Bejarano. Este paso se finalizó a mediados de los años 90 gracias a la talla de Juan Mayorga, que desarrollo un diseño del artista Antonio J. Dube de Luque.
Se da la curiosidad de que la imagen no es de madera, sino de telas encoladas y que fue restaurada en 1900 por Andrés Cañada y en 1996 por Silvia Martínez García Otero.
El Señor aparece sentado en una roca en el momento previo a la crucifixión, en actitud reflexiva y apoyando el rostro sobre su mano derecha.
Sus cultos se celebran en la penúltima semana de enero y su besapiés en el último fin de semana del mismo mes.
Procesiona en su paso en la tarde del Domingo de Ramos.
Un hito histórico fue el año 2015, en el cual protagonizó el Vía Crucis de las Cofradías de Sevilla en la S. I. Catedral, en el primer lunes de Cuaresma.